Aqui está nuestro mundo de fantasias.

Esperamos que viajeis con nosotras a otro mundo, que os dejeis llevar por lo que Black Girls os ofrece que entreis en nuestras historias y seais parte de ellas.
By Black Girls

viernes, 20 de abril de 2012

Lo siento. Cap.3 y 4(todo lo que perdí)

Lo siento chicos, pero el otro día me equivoque y os puse el capítulo 4, aquí os he puesto el tres y el cuatro.
Cap.3 Ni tu, ni nadie.

Después del castigo, Alex estaba esperándome en el aparcamiento del instituto con su moto.

-¿A dónde vamos?-Le cuestione mientra me subía.

-No se, ¿A dónde quieres ir?-Se viro hacia mí.

-Vamos… ¿Al restaurante La vie?

-Bueno, vale.

Arrancó, y nos fuimos, recuerdo que a ese restaurante iba mucho con mi padre cuando yo era pequeña.

-¿Qué vais a tomar?-Pregunto la camarera.

-Una coca-cola.-Le siguió él.

-Yo igual.

-Oye, ¿Ese muchacho no estaba en el aparcamiento del instituto antes?-Preguntó Alex.

-Si, es verdad.- Alexander tenía razón, ese chico, de nuestra edad más o menos, de estatura media, de pelo rizado negro, no paraba de mirarnos cuando estábamos en el aparcamiento , pero no le hice mucho caso, luego visualice como nos seguía hacia aquí, pensé <<que sería casualidad>>, pero ahora no para de mirarnos.

-Da igual, dejémoslo. ¿Qué tal el castigo? ¿fue divertido?.-Bromeó.

-No, nada divertido. Es la primera vez que me penan, como mi madre se entere…. Me mata.

-A la niña pija, con dientes bonitos, la castigan.-Ironizó.

-Ja-ja-ja, que gracioso.

La camarera nos trajo las bebidas, y nos las tomamos.

Los dos no parábamos de mirarnos.

-¿Tienes novia?-Pregunté, no se porque lo hice.

-No.-Sonrío con una risilla picarona.-Ojala tu no tuvieras novio.-¿Qué quiso decir con eso?

-No se porque, pero presiento que al chico malo le gusto.-me mofee de el.

-Quizás tengas razón, o quizás no, vete tu a saber.

Los dos teníamos las caras muy juntas.

-¿Nos vamos?-Preguntó.

-Vale.

Cuando estábamos en el aparcamiento del restaurante el chico de antes estaba allí, sentí como Alexander también notó su presencia y se acercó a él.

-¡Eh tú!, ¿Por qué nos sigues?-Le pregunto Alex.

El chico se dio la vuelta hacia atrás para a ver si había alguien más allí.

-¿Quién yo?-Contestó al fin.

-Si tú.

Se quedó callado.

-¿Vas a responder?

-Eh…. Yo…

-Eh.. Tu… ¿Qué?

-Me mandaron a seguirles.

-¿Si? ¿Quién?

-No puedo decirlo.-En ese momento Alexander lo cogió por la camisa y con el puño en alto de modo amenazador dijo:

-Dime quien te mandó, porque si no tu vas a pagar por esa persona.

-Fue… Jack Miller.

-¿Jack?-Me apresure a preguntar yo.

-Si Jack, pero por favor no le digáis nada.

-Pero… ¿Por qué Jack te dijo que nos siguiera?

-En verdad me pidió que te persiguiera a ti.

-¿A mí?

-No se creyó que ayer te fueras hacer unas pruebas, o algo así me dijo, y me pidió que te siguiera para ver que estabas haciendo.

-Pues, si no quieres que le digamos a Jack que nos dijiste todo, disle que no hice nada; que fui a mi casa y ya está.

El chico acepto encantado.

-Hasta mañana.-Me despedí, cuando estábamos frente a mi casa.

-Adiós.-Sonrió.

En casa estaba mi madre, que por como iba vestida acababa de llegar de trabajar.

-Hola mi amor, ¿en donde estabas?

-Hola, salí del instituto y decidí dar una vuelta por el campus.-Siempre que mentía dudaba de lo que decía.

-¿Enserio?

Trague saliva.

-De veras.

-¿Qué tal el día? ¿todo bien?-O era yo y me cargo de conciencia, por no haberle dicho que me habían castigado, o ella lo sabía todo.

-Todo fantástico.-Le engañe.

-¿Si? ¿Y que tal el castigo?

-Ah…. El castigo, bien bien.-Fui a salir corriendo, pero entonces….

-Ni se te ocurra dar un paso más.

-Lo siento mamá.

-Que sepas, que estas penada una semana.

-Pero… mamá.

-Dos semanas.-Corrigió.

-No, por favor, que el viernes que viene es el cumple de Jack.

-Y en agosto el mío.-Me contesto.- Se acabo Gabriela, olvídate de esa fiesta, olvídate de Jack, de el chico del hospital, el hijo del director, y ponte a estudiar.

-¡No te soporto, ni a ti ni a mi padre, ni a nadie!, porque ni tú ni nadie sois mis dueños.-Le grité, mientras subía a mi habitación.-¡No te soporto!-Cerré la puerta del cuarto.

Me puse la música, y me quede dormida, pero pude sentir como mi madre entró en la habitación, me dio un beso, y apagó la melodía que venía de mi ordenador.

Me sonó el teléfono algo temprano.

-¿Si? ¿Quién es?-Conteste aturdida.

-Soy yo Jamie.

-Pero ¿tu sabes la hora que es?

-Si, las 6 y media.

-Anda, déjalo, ¿Qué paso?

-Samantha, es la nueva capitana del equipo de animadoras.

-¿Qué?-Me levante del grito que pegue.

-Como oyes.

-No puede ser, enserio, dime que es mentira, o que todavía estoy durmiendo y es una pesadilla.

-Lo siento pero es verdad. Te dije, que se iba a querer aprovechar de tus ausencias.

-¿Qué voy hacer Jamie?

-No sé, pero al menos seguro no se atreverá a echarte.

-No, no que va.

-Después nos vemos, no te preocupes, te quiero.

Me levante y fui al baño, mi madre estaba abajo haciendo el desayuno.

-Gabriela, baja por favor.-Me solicitó.

-Vale.-Bajé.

Me hizo un gesto con la mano como para que la acompañara, hacia el salón, y me senté en el sillón, y ella en su butaca favorita.

-Mi niña linda, se que esta pasando por un mal momento, esa época en la que crees que todo el mundo esta contra ti, la adolescencia, pero por favor entiéndeme a mi también, te adoro con todo mi corazón, y eres lo único que tengo, y no quiero que nunca me dejes sola, por eso a veces puede que sea muy protectora.

-Mamá jamás vas a estar sola, siempre que yo este en este mundo, ¿Te acuerdas cuando yo era pequeña, y te hice prometer que nunca te ibas a morir, y me ibas a dejar?-En ese momento empecé a imaginarme con mis dos coletitas a los lados, toda enana, haciéndoselo jurar.

-Si, claro.-Rió.

-Pues yo te hago la misma promesa.

-Vale.-Juntamos nuestros dos dedos meñiques y los entrelazamos haciendo la promesa.-Te adoro.-Nos abrazamos.

-Mamá, tengo que decirte algo…-Le conté que me habían echado del equipo.

-¡Oh mi amor! Que mal, pero seguro que dentro de poco vuelves hacer tu otra vez.

-Eso espero.-Le seguí suspirando.

-Y ahora será mejor que te vayas a vestir.

Mi madre era un sol, yo no se como puede aguantar a veces mis impertinencias.

Estaba en el instituto, poniendo los libros en la taquilla, y entonces….

-¿Qué haces?, ¿Cómo te atrevas a mancharme así?

Samantha, me había tirado un batido encima, no la soporto, será subnormal esta tía.

-Uy, lo siento.-Ironizó.

-Te lo juro, te voy…

-¿Me vas a qué?

En ese momento me abalancé sobre ella y ambas empezamos a pegarnos, y no se como aparecimos en el despacho del director, la dos sentadas frente a él.

-¿Quién empezó?-Preguntó.

-Ella.-Contestamos a coro señalándonos una a la otra.

-Como supongo que no os vais a poner de acuerdo, las dos estáis castigadas, sin estar en los partidos de las semanas que queda del mes.

-Pero….-Le seguimos.

-Pero nada, y se acabó.-Finalizó la conversación.-Y ahora ir a clase.

Cuando salimos.

-¿Sabes que soy la nueva capitana del equipo no?-Me restregó.

-Si lo sé, pero no lo serás por mucho tiempo.

-Ya veremos.

Cap. 4 Ni princesa, ni nada…

Mi madre y yo en estas semanas estábamos más unidas, pese a su trabajo y yo a mis estudios.

Alexander, había entrado al equipo de fútbol, y Jack y él, se caían mejor, hablando de Jack, me pidió perdón, por haber fumado aquel día, y me dijo que fue la primera y última vez que fumaría. Hoy era su cumple.

Samantha, todavía seguía siendo la capitana, y me dejaba seguir allí, pero como le diera un trabe seguro me echaría.

Cuando llegué a casa después del instituto, decidí convencer a mi madre haber si me dejaba ir.

-Mami…¿Puedo ir al cumple de Jack?

-mmm…. Porque has sacado buenas notas, te dejo ir.

-Ay mamá te quiero.-La abracé.

-Si, si, para lo que te interesa.

Subí arriba corriendo, y empecé a rebuscar en el armario, no tenía nada que ponerme.

-¿Vamos de compras?-Preguntó mi madre que estaba detrás de mí.

-Si, por supuesto.

Estábamos en el centro comercial sin saber que comprar, hasta que pase por el escaparate de mi boutique favorita, ese vestido era perfecto, mágico, único, muy caro, pero merecía la pena.

-Hija, ¿has visto el precio?

-Mamá, please.

-Cógelo, anda, pero….

-Te quiero.-La besé.

El traje era de Versace color dorado, con detalles negros, su tela era de seda y lo combine con unos zapatos de tacón abotinados del mismo color negro.

Cuando llegue a casa deje que mi madre me maquillara ya que era fantástica, me puso una sombra de ojos oscura y los labios me los pintó con un gloss color rosa.

-A ver mírame.-Me dijo.-Estas guapísima.

-Oh, gracias.-Le conteste mientras me terminaba de lisar el pelo.

-No llegues más tarde de las doce.

-Mami, a las doce es cuando empieza de verdad la fiesta.

-Pues por eso, es broma, te dejo hasta las dos, más tarde no.

-Vale.

-¿Con quien vas?

-Con Jamie, que estará a punto de llegar.

Cogí la ropa y me vestí, luego Jamie vino.

-Que guapa Gabriela, ¡dios mío!-Opino en cuanto abrí la puerta.

-¿Enserio?, ¿Tu crees?

-De veras, hola señora Leighton.-Saludo a mi madre.

-Hola Jamie, ¿Qué tal estas?

-Bien, ¿y usted?

-Muy bien.-Sonrió mi madre, en ese momento el padre de Jamie tocó la pita.-Mejor que os valláis, pasáoslo bien.

-Hasta luego mamá.-La bese.

-Adiós mi vida.

Llegamos a la fiesta, cuanta gente había.

-Woo, que multitud de personas.

-Ni que lo digas Jamie.

-Mira, mira, ahí está tu novio.

-Hola Jack, felicidades, aunque ya se que te lo dije en el instituto.

-Hola mi amor.-Me beso.-Hola Jamie.

-Hola.-Sonrió.-Felicidades.

-Gracias.-Le imito él.

-Bueno chicos, yo os dejo y me voy a ligar.

-Anda vete, y liga mucho.

-Estas guapísima princesa.-Me dijo Jack.

-Muchísimas gracias mi príncipe.

-Oye, me voy para allá que los chicos me esperan, pásatelo bien.

Estaba sentada en un rincón con una cerveza en la mano, aunque yo no eran de esas de las que bebían.

-Hola hermosa.-Me dijo al oído una voz conocida.

-Hola Alex.

-¿Qué tal estas?

-Bueno… bien ¿y tu?

-Bien, espera, ¿estoy viendo bien? ¿es la niña pija con una cerveza?

-Si, estas viendo bien.-Le conteste mientras me reía.

-Pues déjame un poco.-Me quito el vaso de la mano.-Mmm…. Está rica.

-¿Quieres bailar?-Le pregunte.

-Bueno vale.

Fuimos a la pista, y estábamos bailando, pasándolo bien, pero Jack no estaba por ahí lo cual me resulto raro, pero aún más
que Samantha tampoco, ¿Estarían juntos, o era pura casualidad?

-Oye, ahora vengo voy al baño.-Le mentí a Alex.

-Vale, te espero.

Le pregunte a los chicos del equipo si lo habían visto, pero me dijeron que no, luego fui a la habitación de la planta de arriba de casa de Jack, entré en su cuarto pero no estaba, a continuación me dirigí a la habitación de sus padres y allí estaba con Samantha pude visualizar sus cuerpos entrelazados y desnudos.

-¡Jack!-Grite.

-Gabriela, todo tiene una explicación…. Dame un momento.-Intento tranquilizarme, mientras se vestía.

-¿Cómo pudiste hacerme esto?-Le pregunte llorando.

Samantha se levantó, cogio su ropa y salió de la habitación.

-Lo siento mucho Gabriela, perdóname.

-¿Desde cuando estas con ella?

-Desde….

-¿Desde cuando?-Le volví a gritar.

-Desde hace uno o dos meses.

-Te odio, no me vuelvas hablar, sabías que no la aguantaba, y tenías que engañarme con ella, justamente ella.

-Yo….

-Tu nada, no te quiero volver a ver.

Salí de allí corriendo, para que no le diera tiempo a ver ni una lagrima más en mi cara.

-¿Que te pasa?-Me pregunto Alex, que salio detrás de mi al verme salir de la casa.

-Nada déjame, por favor.

-Dime que te pasa.

-Que no me pasa nada joder.-En ese instante me eche a llorar, y Alex me pego a él.

-¿Te quieres ir?

-Si, sácame de aquí.

Mientras fuimos a coger su moto, le conté lo sucedido.

-Adiós.-Se despidió cuando estábamos en mi casa.

-Hasta el lunes.

-¿Por qué nunca dices adiós?-Me cuestiono, mientras se bajaba de la moto, me quitaba los zapatos de tacón, y nos sentábamos en la acera de al frente.

-Porque esa palabra me parece un hasta nunca, y no me gusta.

-A, es una buena teoría.-Me siguió.

-Bueno, si.

-Oye, ¿que vas hacer mañana?

-Nada.

-Ah.

-¿Me querías invitar a ir a algún sitio?

-No sé… quizás.

-Pues hasta mañana, ven a las 11:00.

-¿Es una cita?-Pregunto.

-Ya veremos.

Entre en mi casa despacio, por si mi madre estaba dormida pero estaba en salón viendo el televisor.

-Hola mi vida, ¿Qué haces aquí tan pronto?

-Me enfade con Jack, me puso los cuernos.

-¿Cómo? ¿Jack?

-Si, Jack, el desgraciado ese.

-¿Y con quien viniste?

-Con Alexander.

-Ah, Gabriela, ese chico no me gusta mucho.-Mi madre siempre me daba su opinión sobre los chicos con los que estaba.

-¿Por qué?

-Porque, no se, parece un gamberro, o algo parecido.

-Mamá por favor…. Que yo no ando buscando un príncipe, que ya tuve bastante con Jack.

-A mi Jack si me gustaba, pero lo que te hizo no esta bien.

-Bueno mamá, me voy a dormir, que quedé con Alex mañana.

-Buenas noches mi vida.

-Igualmente.-Le desee mientras salía del recibidor.

Las diez y media ¡dios! Se me ha hecho tarde.

Fui a mi armario corriendo, cogí unos pantalones vaqueros cortos, una blusa azul, y mis vans negras, me hice una coleta y cogí mi RayBan Wayfarer a juego con mis vans.

Sentí la moto de Alexander y salí corriendo.

-Hasta luego mamá.

-Adiós mi amor.

-Hola Gabriela.

-Hola,¿Hacia donde vamos?

-Ya veras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vuestros comentarios son nuestro combustible. Lo que nos da la inspiración. Asi que... !COMENTAD¡